domingo, 10 de octubre de 2010


La santificación bíblica tiene como proceso un carácter inclusivo, y abarca todo el ser: espíritu, alma, y cuerpo.  Este proceso tiene efectos paralelos en todas las áreas del creyente
En la medida que permita la operación  del espíritu de DIOS.
La santificación trata de nuestro estado, así como la justificación trata de nuestra  posición
en relación con DIOS, por la obra vicaria de CRISTO; la santificación demuestra el fruto de esa
relación, de manera experimental, mediante la obra del espíritu santo. La justificación es la obra de CRISTO hecha en nosotros, fuera de nosotros; la santificación es obra del espíritu santo hecha en nosotros.
   La santificación comienza cuando ocurre la conversión, y es un proceso gradual de des arrollo
Del   carácter  como resultado  de la sumisión del creyente a la  gracia de DIOS. Esta obra es dirigida por el ESPIRITU  SANTO  el cual también desarrolla el amor, la obediencia y la perfecta
Conformidad con la voluntad divina.
  Mediante la fe, el  Espíritu Santo  obra en el corazón para producir allí  la santidad… Sólo podemos ser hechos idóneos para el cielo mediante la obra del ESPÌRITU SANTO  en el corazón
Pues debemos tener la justicia de CRISTO  como nuestro   salvoconducto si hemos de tener acceso
Al padre. A fin de que tengamos la justicia de CRISTO  necesitamos ser transformados diariamente por la influencia del ESPIRITU SANTO, para ser  participantes de la naturaleza divina. La obra del ESPÍRITU SANTO  es elevar  los gustos, santificar el corazón, ennoblecer
Todos el ser
 La verdadera santificación no es más ni menos que amar a DIOS  con todo el corazón, andar en sus mandamientos y ordenanzas irreprensiblemente. La santificación no es una emoción
Sino que subyuga todas las pasiones y deseos bajo  el control del ESPÍRITU SANTO.
   La santificación como proceso se realiza  de modo duplo. Hay una parte que solamente  DIOS
Puede efectuar, pero   existe otra en la que participa el hombre
 

  LA OBRA DEL PADRE 
  Y el mismo DIOS de paz os santifique por completo  (1 TS  5: 23)  y JUDAS se dirige  a los llamados, santificados en DIOS padre y guardados en JESUCRISTO  (JUD  2   )   una vez que
La voluntad de DIOS es vuestra santificación porque no nos ha llamado DIOS a inmundicia , sino a santificación  ( 1 TS  4:  3, 7  )  El padre  santifica al creyente mediante la gracia, por medio de la palabra de verdad;  santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad  ( 17: 17 )
Y   PABLO  le recuerda a los corintios: Ya  habéis sido lavados, ya  habéis sido santificados
( 1 C O R   6 :  11  )   Por esto, los creyentes. Son constituidos linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por DIOS  (1 PE: 2: 9  

 LA OBRA DEL HIJO

Así  como somos justificados por la sangre derramada en la cruz  también  somos santificados
Mediante la ofrenda  del cuerpo  de   JESUS   hecha una vez para siempre  (HE 10: 11 ) Porque
El que santifica y los que son santificados, de uno son todos;  por lo cual no se avergüenza de llamarlos hermanos  ( HE 2 :  11 ) Por lo cual también JESUS, para santificar al pueblo mediante su propia sangre, padeció  fuera de la puerta  (  HE  13: 12  ) El anuncio   del evangelio declara que CRISTO amó a la iglesia, y se entregó a si mismo  por ella, para santificarla, habiéndola purificado  en el lavamiento del agua  por la palabra  ( 1: 25,26  ) PABLO escribe  a la iglesia
De DIOS que está en Corinto, a los santificados en CRISTO.  Llamados a ser santos con todos los
Que en cualquier  lugar invocan el nombre  de nuestro señor  JESUS  señor de ellos y nuestros
(CO  1: 2) Podemos afirmar con la autoridad de la palabra de DIOS  que el padre es el autor
De la santificación, CRISTO el modelo, y el ESPIRITU SANTO  el consumador de nuestra santificación, Solamente podamos ser santos mientras permanezcamos  en JESUS   o como
Es las palabras de PABLO: Estáis vosotros en CRISTO JESUS  el cual nos ha sido hecho  por DIOS
Sabiduría, justificación, santificación, y redención  (CO  1: 30)


LA OBRA DE ESPÍRITU SANTO

Pero nosotros debemos dar siempre gracias a DIOS respecto a   vosotros hermanos amados por el señor, de que DIOS  os haya escogido desde el principio para salvación, mediante la santificación  por el ESPÍRITU   y la   fe en la verdad  ( 2 TS  2: 13  )
   Cuando el pecador, atraído  por el poder de CRISTO  se acerca  a la  cruz levantada y se postra
Delante de ella, se realiza una nueva creación.  Se le da un nuevo corazón;  Llega  a ser una criatura en CRISTO.  La santidad encuentra  que no hay nada más que requerir
  La obra del ESPÍRITU SANTO  en la santificación consiste en remover las manchas de la
Corrupción del pecado y la purificación  de las fuentes de la vida. Esta obra es complementada
Por la muerte gradual del viejo hombre o como la llama PABLO: crucifixión (GL 2: 20)  y en  este  contexto permanece  su tesis: Pero los que son de CRISTO  han crucificado la carne con sus pasiones y deseos. Si vivimos por el ESPÍRITU, andemos también por el ESPÍRITU  ( GL 6. 24.25 )  

EL LADO HUMANO DE LA SANTIFICACION

Una vez que la santificación es un proceso, en el actúan la parte divina y la parte humana,
¿Cuál es el papel del hombre en la santificación
El ESPÍRITU SANTO  viene al creyente con   fe  para santificarlo, el hombre puede recibir  o rechazar esa fe, pero si la recibe, aunque ella es de origen divino, opera sugestivamente
A fin de que el creyente  viva  en armonía con la vida santa  que le ha sido imputada mediante la justificación  y va eliminando gradualmente el viejo hombre mediante la operación del ESPÍRITU SANTO  resucitando diariamente  con CRISTO  y viviendo ya la vida eterna
Santifícalo en tu verdad tu palabra es verdad  (JN 17: 17  ) La santidad se ella con la santidad, la fe con la fe  para el corazón humilde y el intelecto sincero en la investigación , la biblia está
Llena de luz y conocimiento. Los que acuden a las escrituras  con este espíritu, se ponen en comunión con los profetas y los apóstoles. Su espíritu se adapta al de CRISTO, y  anhelan  llegar a ser uno con él  la palabra de DIOS es un gran agente santificador, porque es el medio que usa el  ESPÍRITU SANTO  para impresionar nuestro espíritu  para grabar la verdad divina en el corazón  No existe verdadera santificación, sino por medio de la obediencia a la verdad . Aquellos que aman a DIOS  de todo corazón, también han de amar a todos sus mandamientos
El corazón santificado anda  en armonía con los preceptos de la ley de DIOS,  porque ellos son santos, justos, y buenos

También día sábado  tiene un papel  muy importante  en la santificación del  hombre
Con todo eso vosotros guardaréis mis sábados: Porque es señal entre mi y vosotros
Por vuestra edades, para que sepáis que yo soy JEHO Á  que lo santifico  (EX 31: 13)
El sábado es una señal de santificación la verdadera santificación es armonía con DIOS  unidad con el carácter. Se recibe obedeciendo los principios  que son  el trasunto  de su carácter.  Y el
Sábado es la señal de obediencia. El que obedece de corazón al cuarto mandamiento, obedecerá  toda la ley, queda santificado por la obediencia.
En  la obediencia a la santa ley  se manifiesta las buenas obras  impulsado por amor ¿ cual es el propósito de las obras en el creyente ¿ la palabra declara que somos hechura suya , creado en CRISTO  JESÚS para buenas obras , la cuales  DIOS  preparó de ante mano para que anduviésemos  en ellas  (EF 2: 10) Las obras, como la salvación  son don de DIOS , por medio de la fe .
Si  bien es cierto que las buenas obras no salvarán  ni a una sola alma, sin embargo es imposible que una sola alma sea salvada sin buenas obras  debéis mantener esta comunión con CRISTO  por la fe y la sumisión continua de tu voluntad a él. Mientras  hagas esto , él  obrará en ti para que queras y hagas conforme a su voluntad   de  modo que si CRISTO obra en ti , manifestarás el mismo espíritu , y harás las mismas obras                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                 
  

lunes, 27 de septiembre de 2010

La Justificación por la Fe

La  justificación es un acto  judicial de Dios mediante el  cual  él  declara  que sobre  la  base
de la justicia y los méritos  de Jesucristo, el pecador  es colocado en armonía  con las demandas  y exigencias  de la ley  de Dios. La acción de justificar es contraria a la de condenar e implica en un acto objetivo, esto es independiente del sujeto. Dios es el que justifica  (Romanos  8:33-34).

Cómo se justificará el hombre ante Dios
¿Cómo  se hará justo el pecador?  Solamente por intermedio de Cristo podemos ponernos en armonía con Dios y la santidad, pero  ¿Cómo debemos ir a Cristo?  Muchos formulan la misma
pregunta que hicieron  las multitudes el día de Pentecostés, cuando, convencidos de su pecado
exclamaron  “¿Qué  haremos?  La primera palabra de contestación de Pedro fue:  “Arrepentíos”. El  arrepentimiento comprende tristeza  por el pecado y abandono del mismo. No renunciaremos al pecado a menos que veamos su  pecaminosidad,  mientras no lo repudiemos de corazón, no  habrá cambio real en la vida.
La  justificación del pecador se efectúa independientemente  de la ley .Precisamente  porque
ningún hombre  es   capaz  de vivir  una vida que  satisfaga   todas las exigencias que ella
impone.  La vida  del  mejor de los santos  se queda muy corta cuando la comparamos a la perfección de la ley infinita. Ella no puede salvar  ni justificar. La ley declara culpable a todos
los hombres  (Romanos 3: 19). Concede el conocimiento  del pecado (Romanos 3:20)  y   muestra su  excesiva   pecaminosidad.  Su  misión  es mantener en alto la justicia y santidad de Dios, pero no puede justificar al pecador, visto que ningún hombre  puede rendir una  perfecta  obediencia a la ley , la justificación independiente de ella. Sabiendo que el   hombre  no es   justificado  por las obras de la ley  Sino por la fe de Jesucristo  para ser justificado por la fe  de Cristo  y no  por la obra de la ley,  por cuanto por las obras de la  ley  nadie será  justificado  (Gálatas 2: 16—17) 
Cuando el pecador acepta  a Cristo mediante la fe,  él  es declarado  justo  delante de la ley
y  librado de su condenación ( Romanos 8:1). Esta condenación era el forzoso  resultado de la transgresión de la ley  que es injusticia. Justicia significa llenar  la medida de perfección,  la
que falta al pecador y por cuya causa es condenado. Pero  como intervino Dios en esta situación,  aquí encontramos nuevamente la feliz noticia o sea el evangelio, DIOS mismo tomó  una providencia  salvadora. “Porque lo que era imposible para la  ley, por cuanto era  débil  por la carne, Dios enviando  su hijo en semejanza  de carne, de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado  en la carne, para que la justicia de la ley se cumpliese en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu” (Romanos 8:3—4). 
La obediencia sustitutiva  de Cristo es la base de nuestra justificación, porque Dios al que no conoció  pecado, a Cristo por nosotros lo hiso pecado, para que nosotros fuésemos  hechos
Justicia de Dios en él, (2° Corintios 5:21) porque él  fue entregado  por nuestra s trasgresiones
y resucitado para nuestra justificación (Romanos 4:25). La justificación es un acto de DIOS  y no del Hombre.  Ella abarca el pasado, el presente, y el futuro, porque en el momento  en que el pecador acepta  a Cristo mediante la fe, la condenación de su vida pasada es removida, y
durante toda su existencia y  en la propia eternidad, la base de su aceptación es la justicia
Imputada de Cristo, cuando un pecador es declarado en el trono del gran juez del universo
la cuestión del pecado entre su alma y Dios ha sido resuelta.

Surge  aquí un interrogante  ¿cómo queda entonces el problema del pecado en el creyente?
El registro confirma que en el hijo Dios condenó al pecado en la carne (Romanos 8: 3) Pero ¿Qué ha  hecho el señor  con nuestros  pecados?  Escuchemos el consuelo del evangelio “Yo deshice como la nubes tus rebeliones, y como a niebla tus pecados” (Isaías 44: 22), Pablo dice
que (Cristo) se dio a sí mismo por nuestros  pecados (Gálatas 1: 4).
Cuando la palabra de Dios declara que  él  ha borrado  completamente  nuestros pecados, él
quiere  significar con  esto,  que ha tratado con la fuente misma del pecado, o  sea, con nuestra  naturaleza  pecaminosa y carnal. La palabra declara que “los designios de la carne
son enemistad contra Dios; porque no se sujeta a la ley de Dios, ni tampoco puede“ (Romanos 8: 7). No dice  que la carne “ está en enemistad  con DIOS ” , sino que  es enemista  contra DIOS “ es precisamente esa enemistad la que hacía un muro de separación con Dios. La cual, él abolió mediante la cruz, “matando en ella las enemistades “(Efesios 2:15—16), nos ha  reconciliado con Dios, y nos “anunció las buenas nuevas de paz “(Efesios 2: 17) 
Pero,  ¿Cuándo nos reconcilio DIOS?  Antes  de considerar este aspecto debemos de recordar que el hombre no puede reconciliarse por sí solo con Dios, y jamás podrá hacerlo. Esta iniciativa es exclusivamente de Dios, sobre la base de la justificación.
Los hombres se reconcilian sobre una base jurídica de concesiones  e igualdad; pero lo glorioso del evangelio es que Dios  nos reconcilió, tomándonos  en nuestra propia miseria. ”Pero Dios que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecado, nos dio vida juntamente con  Cristo (por gracia soy salvo)” (Efesios 2: 4-5) “porque si siendo  enemigos fuimos reconciliados con Dios, por la muerte de su hijo
mucho  más estando  reconciliados, seremos salvos  por su vida “ (Romanos 5:10) ¿Qué  maravilloso es el consuelo del  evangelio?  Dios mismo ha tomado la providencia para mostrar
nuestra   completa  justificación. Muy  oportuno  en su contexto,  las siguientes palabras inspiradas, Dios mismo tiene el honor de haber abierto un camino y éste es tan completo, y 
tan perfecto, que el hombre no puede acrecentar  esa  perfección  mediante  ninguna obra que haga ¿Qué ha hecho Dios con nuestros pecados? EL relato dice “JEHOVÁ cargó en él (CRISTO)  el pecado de todos nosotros  (Isaías  53: 6). En  el capitulo  (Isaías 38:17) de este mismo libro leemos: “Porque echaste  tras tus espaldas todos mis pecados”. También  leemos el consuelo de Dios para su pueblo  “consolaos, consolaos, pueblo mío, dice vuestro Dios. Habla
al  corazón de Jerusalén, decidle  a voces que su tiempo es ya cumplido, porque su pecado
es perdonado;  que doble ha recibido de la mano de Jehová  por todos sus pecados “(Isaías
40: 1-2). Esta misma seguridad fue  presentada por los apóstoles: “Sabed, pues, varones hermanos: que por medio  de él se os anuncia perdón de pecados, y que de todo aquello de que por la ley de Moisés pudisteis ser justificados, en él es justificado todo aquel que cree.”
(Hechos  13: 38-39). La obra de la justificación actúa en el tiempo y en la historia y por esto mismo Cristo  se encarnó, y dejando la eternidad entró en el tiempo. A fin de tomar los pecados de toda  la humanidad, en todos los tiempos, bajo esta  perspectiva,  entendemos la justificación  como extendiéndose  hacia el futuro, a fin de tratar judicialmente  el pecado del creyente, para mantenerlo  en su condición  de justo  delante de él. Así  comprendemos el  juicio investigador como un acto escatológico o futuro, independientemente del  hombre. La palabra de Dios, es clara al afirmar  que el creyente,  es juzgado para salvación en el momento en que acepta  a Cristo, mediante la fe. EL registro de sus pecados no interfiere  más en su relación  con Dios. Este es el juicio del creyente. Pero en el juicio investigador, Cristo  asume la representación del creyente, y en este juicio por el creyente,  él presenta los  méritos de su justicia a favor del creyente arrepentido y penitente. 
En estos mismos parámetros se sitúa la obra intercesora de Cristo en el santuario a favor de
su iglesia  y todos los que fueron llamados al banquete del evangelio. “Y serán para mi, especial  tesoro,  ha dicho JEHOVÁ de los ejércitos, en el día  en que yo actúe;  y los perdonaré como el Padre  que  a su hijo que le sirve” (Malaquías  3: 17) 
Otro profeta de Dios exclamó esta misma realidad, diciendo “¿Qué Dios como tú, que perdona
la maldad, y olvida el pecado  del remanente de su heredad,  no retuvo para siempre su enojo
porque se deleita en misericordia. EL volverá  a tener misericordia de nosotros;  sepultará  nuestras  iniquidades, y echará en lo profundo del mar todos nuestros pecados “(Malaquías 7: 18-19).
Por  esta  misma causa los reformadores   distinguían  dos aspectos en la justificación: Uno
Negativo y otro Positivo. El aspecto negativo hace referencia  a la remisión de los pecados
sobre la base  de la muerte sustitutiva de Jesús. La cual implica el perdón. “Porque  en él  tenemos redención por  su sangre, el perdón  de pecados según las riquezas de su gracia”
(Efesios 1: 7),  o como  en las palabras de Juan: porque  vuestros pecados os han sido perdonados por su nombre (Juan 2: 12). Así la justificación tomada negativamente, significa no  solamente el perdón del pecado, sino también la remisión de la culpabilidad mediante la eficacia de la cruz de Cristo, quien  llevó él mismo nuestros pecados  en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia (1° Pedro 2: 24). En su aspecto positivo, la justificación  significa vida eterna, como bien lo expresó  Salomón “en el camino de la justicia está la vida; y en sus caminos no hay muerte” (Proverbios 12:8). Así  comprendemos  ser la justificación, libertad, de la condenación de la ley, y aun  más, imputación, pero ¿Qué nos es imputado? Al pagar Cristo nuestra deuda a la ley, agotó  sus infinitos reclamos, mediante su vida de perfecta obediencia. Dios acredita la perfecta obediencia, Dios  acredita la perfecta vida de su hijo a nuestra cuenta, y nos imputa su justicia como don.

domingo, 22 de agosto de 2010

La Ley

"Santa, Justa. Buena" (Romanos 7:12)
Pablo dice que "en cuanto a la ley" en lo que respecta a acto extremo era irreprensible, pero cuando discernió el carácter espiritual de la ley, cuando se miró en el Santo espejo, se vio a sí mismo pecador, juzgado por una norma humana, se había abstenido de pecado; pero cuando miró dentro de las profundidades de la ley de Dios, y se vio a sí mismo como Dios lo veía, se inclinó humildemente y confesó su culpa.  No se apartó del espejo, ni se olvidó que clase de hombre era, sino que experimentó un verdadero arrepentimiento ante Dios y tuvo fe un nuestro Señor Jesucristo. Fue lavado, fue limpiado. Dice: Tampoco conociera la codicia, si la ley no dijiera: no codiciarás. Más el pecado, tomando ocasión por el mandamiento, produjo en mi toda codicia porque "sin la ley, el pecado está muerto". Y yo sin la ley vivía en un tiempo; pero venido el mandamiento, el pecado revivió y yo morí.
El pecador entonces apareció en su verdadero honor, y desapareció su amor propio. Se volvió humilde. Ya no se atribuyó más bondad y mérito a sí mismo. Dejó de tener más alto concepto de sí mismo que el que debía tener, atribuyó a la Gloria de Dios. No tuvo más ambición de grandeza. Dejó de desear la venganza y no fue más sensible al reproche, al desden o al desprecio. No buscó más la unión con el mundo, posición social u honores. No derribó a otros para enlazarse él. Se volvió manzo, condescendiente, dócil y humilde de corazón, porque había aprendido su lección en la escuela de Cristo. A través del plan de salvación, la ley mantiene su dignidad al condenar al pecador. El pecador puede ser salvo mediante la propiciación de Cristo por nuestros pecados, "en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados". La ley no ha sido cambiada, ni ha dejado de cumplir su función en el cristiano en ningún sentido, para amoldar al hombre en su condición caída y confirmar que la función de la ley ya no tiene valor alguno. La Santa Ley es extrema, es el trasunto del carácter de Dios. Siempre ha sido "SANTA, JUSTA Y BUENA".
También es un trasunto del carácter del pueblo de Dios en este mundo ("Aquí está la paciencia de los Santos, los que guardan los mandamientos de Dios, y tienen la fe de Jesús" - Apocalipsis 14:12). Seguramente hay muchas iglesias en el mundo que se confirma ser el Pueblo de Dios, pero las sagradas escrituras confirman en 1° Juan 2:4 "El que dice: yo le he conocido, y no guarda sus mandamientos (los10 mandamientos, se incluye el Sábado, cuarto mandamiento) el tal es mentiroso, y no hay verdad en él". El espíritu de aquel ser majestuoso, que se rebeló en el cielo contra la ley de Dios, sigue la misma acción hoy en la tierra a través de la historia de la iglesia, y pensará en cambiar los tiempos y la ley, y será entregado en sus manos de (Satanás) tiempo, tiempos y medio tiempo.(538 D.C hasta 1798 D.C.) [Daniel 7:25).
Ojalá todos pudieran comprender lo que significa esta profesía y lo que el Señor dijo al joven que preguntaba, "¿Qué tengo que hacer para tener la vida eterna?" el Maestro respondió: "Guarda los mandamientos" (Mateo 19:16-17).
Nadie que cree en Jesucristo está bajo el yugo de la ley de Dios. ¿Luego por la fe invalidamos la ley? En ninguna manera, sino que confirmamos la ley. (Romanos 3:31). La ley es una ley de vida, no de muerte, para los que obedecen sus preceptos. La obediencia a la ley es santidad, y sin santidad nadie verá al Señor (Hebreos 12:14). También es la credencial del cielo que reconoce en la tierra a su iglesia, los que guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesús. (Apocalipsis 12:17)

lunes, 9 de agosto de 2010

La Proclamación del Evangelio Eterno

Apocalipsis 14: 6-9

Cristo viene por segunda vez con poder para salvación. Ha enviado los mensajes primero, segundo y tercero para preparar a los seres humanos para dicho acontecimiento. Estos ángeles representan a los que reciben la Verdad y presentan el Evangelio al mundo con poder.
Las iglesias se han corrompido en los que se describe en el Capitulo 18 del Apocalipsis: ¿Por qué se dan los mensajes de apocalipsis 14? porque se ha corrompido los principios de las iglesias.
Dar gloria a Dios es rebelar su carácter en el nuestro y glorificamos a Dios en cualquier forma en que hagamos conocer al Padre o al Hijo.
Dios acusa a Babilonia porque ha hecho beber a todas las naciones del vino del furor de su fornicación. Esto significa que ha menospreciado el único mandamiento que señala al verdadero Dios y ha derribado el sábado, recordativo de la creación de Dios.
Dios hizo el mundo en seis días y descansó en el séptimo. Así santificó ese día y lo puso aparte de todos los otros como santo para El y santo para ser observado por su pueblo a través de todas sus generaciones.
Pero el hombre de pecado, enlazándose en el templo de Dios, y haciéndose pasar por Dios, pensó en cambiar los tiempos (profesias) y la ley (los 10 mandamientos) [Daniel 7:25].  Este poder pensando demostrar que no solo era igual a Dios, sino también superior a Dios, cambio el día SÁBADO bendecido y santificado por Dios. Colocando el primer día de la semana (DOMINGO) como santo, donde debiera estar el séptimo día. El mundo protestante ha formado a este hijo del papado para que se lo considere como sagrado. En la palabra de Dios esto se llama fornicación de la mujer (Apocalipsis 14:8) 
Dios tiene un conflicto con las iglesias actuales, ellas están cumpliendo con la profesía de Juan: "Todas las naciones han bebido del vino del furor de su fornicación". Se han diviorciado de Dios al no recibir el  mensaje del sello divino. No tienen al Espíritu del pueblo leal que guarda los mandamientos de Dios. Y las personas del mundo, al dar su sanción a un falso día de reposo del Señor, han bebido del vino del furor de su fornicación.
El mensaje del tercer ángel (Apocalipsis 14:6-9) se ha enviado al mundo para advertir a los hombres contra la recepción de la marca de la bestia (domindo) o de su imagen en su frente (conocimiento). Recibir esta marca significa adoptar la misma idea, en oposición directa a la palabra de Dios. De todos los que reciben esta marca, Dios dice "El también beberá del vino de la ira de Dios, que ha sido vaciado puro en el Cáliz de su ira; y será atormentado con fuego y asufre delante de los santos ángeles y del Cordero".
Si recibimos esta marca en nuestra frente, es decir, si aceptamos esta doctrina, los juicios de Dios pronunciados contra los desobedientes caerán porque con plena conciencia guardaron el domingo.

Un Maestro Divino

Necesitamos un Maestro Divino, para que el mundo no permanezca en la oscuridad; en una noche espiritual eterna. Dios se encontró con nosotros mediante Cristo.
Cristo es "LA LUZ VERDADERA QUE ALUMBRA A TODO HOMBRE" (Juan 1:9).
"La iluminación del conocimiento de la Gloria de Dios, se REVELA en la faz de Jesucristo" (2°Corintios 4:6). La luz de Cristo ilumina nuestro entendimiento, y al alumbrar la faz de la naturaleza, nos permite todavía leer la lección del amor de Dios en su obra creada. Todo lo que el hombre necesita o puede saber acerca de Dios ha sigo revelado en la Vida y Carácter de su Hijo.
"A Dios nadie le vio jamás, el unigénito hijo que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer. (Juan 1:18).
Habiendo asumido la humildad, Cristo llegó a ser uno con la humanidad y, al mismo tiempo reveló al Padre a los seres humanos pecaminosos. Era semejante a sus hermanos en todo, fue hecho carne, igual que nosotros.
Le daba hambre, sed y se cansaba. Se sostenía comiendo y se refrescaba durmiendo. Se hermanó con los hombres, y sin embargo, era el inmaculado Hijo de Dios. Fue un peregrino y advenedizo en la tierra. Estaba en el mundo pero no era del mundo; tentado y probado como los hombres y mujeres tentados y probados, pero viviendo una Vida libre del pecado.
Tierno, compasivo, comprensivo, siempre amable con los demás, representaba el carácter de Dios, y estaba continuamente empeñado al servicio de Dios y los hombres.
"Y el Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros, (vimos su Gloria, Gloria como del unigénito del Padre) lleno de gracia y de verdad. (Juan 1:14).
La revelación del amor de Dios está centrada en la cruz. No hay lengua capaz de expresar su significado pleno, mi pluma capaz de transcribirlo; la mente del hombre no puede comprenderlo.
Mirando la cruz del Calvario, sólo podemos decir: "PORQUE DE TAL MANERA AMÓ DIOS AL MUNDO QUE HA HADO A SU HIJO UNIGÉNITO PARA QUE TODO AQUEL QUE EN ÉL CREA, NO SE PIERDA MÁS TENGA VIDA ETERNA"(Juan 3:16)
Cristo crucificado por nuestros pecados, Cristo ascendido a lo alto, es la ciencia de la Salvación, que hemos de aprender y enseñar.

La dispocisión es nuestra, para clarificarte paso a paso el maravilloso Plan de Salvación.
Los Hermanos del "GRUPO MISIONERO BÍBLICO" de Caleta Olivia, provincia de Santa Cruz. (Argentina).