domingo, 22 de agosto de 2010

La Ley

"Santa, Justa. Buena" (Romanos 7:12)
Pablo dice que "en cuanto a la ley" en lo que respecta a acto extremo era irreprensible, pero cuando discernió el carácter espiritual de la ley, cuando se miró en el Santo espejo, se vio a sí mismo pecador, juzgado por una norma humana, se había abstenido de pecado; pero cuando miró dentro de las profundidades de la ley de Dios, y se vio a sí mismo como Dios lo veía, se inclinó humildemente y confesó su culpa.  No se apartó del espejo, ni se olvidó que clase de hombre era, sino que experimentó un verdadero arrepentimiento ante Dios y tuvo fe un nuestro Señor Jesucristo. Fue lavado, fue limpiado. Dice: Tampoco conociera la codicia, si la ley no dijiera: no codiciarás. Más el pecado, tomando ocasión por el mandamiento, produjo en mi toda codicia porque "sin la ley, el pecado está muerto". Y yo sin la ley vivía en un tiempo; pero venido el mandamiento, el pecado revivió y yo morí.
El pecador entonces apareció en su verdadero honor, y desapareció su amor propio. Se volvió humilde. Ya no se atribuyó más bondad y mérito a sí mismo. Dejó de tener más alto concepto de sí mismo que el que debía tener, atribuyó a la Gloria de Dios. No tuvo más ambición de grandeza. Dejó de desear la venganza y no fue más sensible al reproche, al desden o al desprecio. No buscó más la unión con el mundo, posición social u honores. No derribó a otros para enlazarse él. Se volvió manzo, condescendiente, dócil y humilde de corazón, porque había aprendido su lección en la escuela de Cristo. A través del plan de salvación, la ley mantiene su dignidad al condenar al pecador. El pecador puede ser salvo mediante la propiciación de Cristo por nuestros pecados, "en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados". La ley no ha sido cambiada, ni ha dejado de cumplir su función en el cristiano en ningún sentido, para amoldar al hombre en su condición caída y confirmar que la función de la ley ya no tiene valor alguno. La Santa Ley es extrema, es el trasunto del carácter de Dios. Siempre ha sido "SANTA, JUSTA Y BUENA".
También es un trasunto del carácter del pueblo de Dios en este mundo ("Aquí está la paciencia de los Santos, los que guardan los mandamientos de Dios, y tienen la fe de Jesús" - Apocalipsis 14:12). Seguramente hay muchas iglesias en el mundo que se confirma ser el Pueblo de Dios, pero las sagradas escrituras confirman en 1° Juan 2:4 "El que dice: yo le he conocido, y no guarda sus mandamientos (los10 mandamientos, se incluye el Sábado, cuarto mandamiento) el tal es mentiroso, y no hay verdad en él". El espíritu de aquel ser majestuoso, que se rebeló en el cielo contra la ley de Dios, sigue la misma acción hoy en la tierra a través de la historia de la iglesia, y pensará en cambiar los tiempos y la ley, y será entregado en sus manos de (Satanás) tiempo, tiempos y medio tiempo.(538 D.C hasta 1798 D.C.) [Daniel 7:25).
Ojalá todos pudieran comprender lo que significa esta profesía y lo que el Señor dijo al joven que preguntaba, "¿Qué tengo que hacer para tener la vida eterna?" el Maestro respondió: "Guarda los mandamientos" (Mateo 19:16-17).
Nadie que cree en Jesucristo está bajo el yugo de la ley de Dios. ¿Luego por la fe invalidamos la ley? En ninguna manera, sino que confirmamos la ley. (Romanos 3:31). La ley es una ley de vida, no de muerte, para los que obedecen sus preceptos. La obediencia a la ley es santidad, y sin santidad nadie verá al Señor (Hebreos 12:14). También es la credencial del cielo que reconoce en la tierra a su iglesia, los que guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesús. (Apocalipsis 12:17)

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